Salgo de Tirana hacia Theth. Pensé que sería un camino de rosas pero de repente la furgoneta compartida no va más allá, me dejan delante de un hotel y me dicen que no hay transporte hasta Theth, que me quede a dormir, me bombardean con una información nueva que necesito estudiar, presionan para que me quede.
Lo mejor en estos casos es mantener la calma, hacerles saber que necesitas un poco de relax y entonces no tomar ninguna decisión de inmediato, me siento, tomo un refresco y no me preocupo, estas situaciones se arreglan solas; de repente me dicen que hay transporte en 3 horas, pero a los 30 minutos ya estaba camino de Theth con unos trabajadores de la construcción. El camino está peor de lo que imaginé, pedregoso y con espacio para un solo coche.
Llego a Theth, un pueblo entre montañas, es paradisiaco, creo que esto es lo más parecido a unas vacaciones que he tenido en mucho tiempo. Paseando por la ciudad conozco a Antonio y su familia, me invitaron a cena, compartieron sus recetas de cocina tradicional Albanesa conmigo y me pusieron al día de la historia de Albania.
Dicen que la cultura Albanesa nació en estas montañas. Es tradición en la población Albanesa ponerse un gorro llamado Qeleshe, con varios significados. Representa media cáscara de huevo, que simboliza el nacimiento del primer hombre en el mundo y también representa el cielo, con el simbolismo de mantener un contacto permanente del cielo con la cabeza.
En Albania hay leyes no escritas, denominadas Kanum, son leyes habladas, respetada por sus habitantes. Entre ellas está lo que en España se denominaría el “ojo por ojo y diente por diente”. Cuando un familiar asesina a otro, la otra familia tiene derecho a la venganza, matando a un varón de la familia rival y así sucesivamente. Para detener estas matanzas el varón ingresaba en una pequeña torre fortificada y hacía vida de ermitaño por miedo a que lo mataran, hasta que las dos familias, con la ayuda de un mediador, llegaban a algún tipo de acuerdo.
Tengo un contacto, mañana me van a ayudar a realizar el principal objetivo de mi estancia en el norte de Albania, descubrir la vida tradicional de sus aldeanos, o lo que queda de ella, ¡genial!. Esa noche apenas dormí.
Antes de empezar mi visita a las familias que quiero retratar debo aprender algunas frases que me servirán de ayuda para romper el hielo, entre ellas una que me gustó mucho :
¿Qul millet l’opa? ( ¿Cuándo ordeñas la vaca? )
No hace falta decir que funcionó a la perfección y encima nos reímos un buen rato.
No recuerdo con exactitud el número de cafés y Rakia que tomé. La Rakia es el licor nacional de Albania y tradicional de los Balcanes, de elaboración artesanal, se obtiene fermentando y destilando varios frutos.
Comen lo que producen y se intercambian los productos entre ellos, son casi autosuficientes.
Las casas parecen fortificadas. Por dentro las ventanas son más anchas, como las ventanas de los castillos, para protegerse del exterior.
El viaje hasta aquí valió la pena, encontré lo que estaba buscando, aprender, ver y retratar a las pocas familias que siguen viviendo de manera tradicional.
Podéis ver todas las imágenes a pantalla completa en el apartado de Fotografías.